15/05/07

Rap a Mozart


Mozart ha ejercido una fuerte influencia y ha sido un referente histórico en el mundo de la música clásica y de la ópera. Pero en el siglo XXI el compositor austríaco ha servido como fuente de inspiración en un terreno novedoso: el rap. "The Flower is a Key", un rap para Mozart, es una obra del director de orquesta mexicano Sergio Cárdenas, quien, vale aclarar, dista mucho de ser un típico rapero. Sin embargo, su composición es una obra original que combina la música clásica con el ritmo de un rap. La idea de escribir un rap para Mozart fue resultado de una petición que recibí de parte del maestro Georg Faust, líder del grupo llamado "Los 12 violonchelistas de la Filarmónica de Berlín". En el año 76 escuché por primera vez a esos violonchelistas en Salzburgo, cuando yo estaba estudiando en la hoy Universidad Mozarteum. Y esa relación con lo que es la cuna de Mozart y de haber encontrado allí a esos grupos maravillosos de música fue lo que me llevó a pensar en algo que tuviera que ver con ese encuentro.

Coincidió que por la época yo tenía un poema que había ayudado a editar, de Dyma Ezban, un poeta y amigo mexicano de la ciudad de León, en Guanajuato. Él lo escribió en ocasión del bicentenario de la muerte de Mozart. Fue un poema que tuvo muchísimo éxito en la población de todas las edades. La gente se detenía a copiar ese poema que los cautivaba inmediatamente.

El requisito era que la pieza tenía que ser en inglés porque se iba a incluir en un disco que sería una retrospectiva de la música norteamericana y que ya tenía música de Broadway, de los espirituales negros y lo que faltaba era precisamente un rap. Así que traduje el texto al inglés, y éste fue interpretado por el director de la Filarmónica de Berlín, el británico Sir Simon Rattle.
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Extracto entrevista Sergio Cárdenas publicada el 17 de enero de 2006 por la BBC Mundo
Beethoven visita México


Esta obra el director de orquesta y compositor Sergio Cárdenas, está concebida como un "collage en cinco partes para solistas vocales, solistas instrumentales, coro mixto y orquesta sinfónica". Consta de cuatro movimientos y en su transcurso pueden apreciarse textos poéticos de Dyma Ezban, Friedrich Schiller, Amado Nervo y Jesús Elizarrarás, entre otros.

Se trata de una partitura en la que el autor realiza un homenaje a las universalidades de las músicas beethoveniana y mexicana. "Es una composición musical en la que plasmo mis posturas estéticas y emocionales ante la producción del genio de Bonn y ante la música mexicana de todos los tiempos", describe.

"En ella se oyen los vientos demiúrgicos de Beethoven y la cosmicidad de una sencilla melodía maya; los ímpetus del espíritu de libertad del campositor alemán y su nobleza ante la naturaleza, y la exhuberancia luminosa de los huapangos mexicanos; el reconocimiento que Beethoven hace de la grandeza humana (en su Novena sinfonía) y la elocuencia irresistible de la música mexicana épica."

La intención de este proyecto, a decir de su autor, es confrontar esas manifestaciones propias de las músicas mexicana y la escrita por Beethoven: "No estoy diciendo que la del compositor alemán es mejor música que la mexicana ni viceversa, sino quiero dejar en claro que ambas tienen su riqueza en su respectivo ámbito".

Desde el punto de vista de su estructura, agrega, se trata de una obra de naturaleza contestataria, apegada al espíritu que permea la creación beethoveniana y mucha de la música tradicional mexicana, como el huapango, que "si bien ahora ha sido degenerado en simple divertimento, en su origen hay muchos elementos de rebelión y protesta, desde su estructura hasta el manejo de textos y armonías". Otro aspecto que demuestra el tono contestatario de la pieza es que incluye varios pasajes de rap, expresión que por antonomasia es de franca rebeldía y protesta, al nacer en sectores marginales de las urbes.
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Extracto de nota de la Jornada publicada el 21 de cotubre del 2006